lunes, 2 de enero de 2012

10 AÑOS DEL EURO EN ESPAÑA Y SUS CONSECUENCIAS

La sensación de que con 1.000 pesetas se compraban muchas más cosas de las que ahora se pueden adquirir con seis euros está más que extendida entre los españoles.
Antes de la llegada de la moneda única en enero de 2002, con uno de aquellos añorados billetes verdes se podía coger el autobús, ir al cine, tomarse una 'caña' -con una tapa- y volver a casa en transporte público.

Ahora, con su equivalente en euros ni siquiera se puede comprar la entrada de cine.

Con la llegada del euro los precios empezaron a subir. Por eso, una década después, es momento de ajustar cuentas con la moneda única. El sustituto de la peseta nos ha obligado a rascarnos más el bolsillo si queremos disfrutar de la misma manera del ocio, la alimentación, el transporte o la compra de una vivienda.

Han pasado 10 años desde que tuvimos en nuestras manos los primeros euros, y hoy ni la Unión Europea ni la moneda única viven sus mejores momentos, con una de las peores crisis económicas que se recuerdan amenazando su existencia y cada vez más rumores hablando del retorno a la peseta.


Los alimentos, por las nubes
El ciudadano de a pie sabe que los precios han subido, pero ¿cuánto?
Dos cifras nos pueden dar una idea de lo que el euro nos ha encarecido nuestra vida: llevarnos el pan a la boca nos cuesta un 85% más que en tiempos de la peseta, mientras que las patatas se han encarecido un 116% durante la última década, según los datos que maneja la Asociación de Consumidores y Usuarios (OCU).


La información recopilada por la OCU revela que la cesta de la compra familiar es un 48% más cara en 2011 de lo que lo era en 2001. Es decir, los españoles gastan 2.200 euros más al año en alimentos que hace una década.

Pero esa no ha sido la única subida.
Los carburantes casi han duplicado su precio de venta al público, y ni siquiera el transporte público ha dado un respiro a los usuarios.

 Trenes y autobuses urbanos e interurbanos han incrementado sus tarifas entre el 45% y el 58%.
Y, por si no fuera suficiente, el coste de las viviendas también se ha disparado. El metro cuadrado se paga hoy a 2.419 euros de media en España, un 66% más caro que antes de la entrada en vigor del euro.


Los salarios suben, pero poco
Pero, ¿y los salarios? Pues justo eso es lo que menos ha cambiado.

 La encuesta de estructura salarial del Instituto Nacional de Estadística (INE) afirma que en 2002 el salario medio de los trabajadores españoles era de 19.802 euros brutos al año, mientras que en 2009 -la última encuesta publicada- se situaba en 22.511 euros.


El incremento salarial que ha experimentado la población activa de nuestro país en la última década apenas llega al 14%, cuando el resto de actividades y artículos que les afectan en su vida diaria se han disparado por encima del 50%.

 Esto nos devuelve a la cola de Europa y vuelve a hacer bueno el dicho de que un empleado en España sigue siendo mucho más barato que uno en Alemania.